12 aspectos esenciales para ser un buen profesor de inglés
Cuando se pregunta por el perfil de un profesor de idiomas la pregunta más frecuente es si es nativo. Sin duda, es un aspecto muy importante pero el perfil del profesor se debe evaluar como un conjunto de cualidades y no solo por su origen o nacionalidad. De hecho, hay otros factores que requieren mayor atención a la hora de definir el perfil de un profesor de inglés. En St. James somos muy cuidadosos a la hora de contratar profesores para nuestros cursos de inglés y prestamos mucha atención al perfil que consideramos idóneo. A continuación destacamos algunos de los aspectos más importantes, tanto a nivel técnico como personal.
Competencia lingüística y técnica: un buen profesor debe dominar la materia que imparte. En nuestro caso los profesores se desenvuelven con total naturalidad en el idioma que enseñan.
También es deseable que conozcan el aspecto más técnico y analítico del idioma como puede ser la gramática inglesa y las estructuras que más dificultad suponen a los estudiantes españoles. Pero además del idioma a enseñar, si un profesor de inglés domina también el idioma nativo de los estudiantes, en nuestro caso el español, será de gran utilidad para predecir errores comunes tanto con la gramática como con el vocabulario y la pronunciación. Además, dominar el idioma de los estudiantes ayuda a tener una comunicación más fluida con ellos fuera del aula, lo cual puede ser beneficioso. También es esencial que conozca técnicas y dinámicas que le permitan compartir su conocimiento y gestionar al grupo de manera eficaz.
Compromiso y capacidad de motivar: todos los estudiantes tienen factores ajenos al aula que influyen en su nivel de motivación por lo que el profesor no puede hacerse responsable de la motivación de un estudiante. Lo que sí está en sus manos es crear las condiciones idóneas en el aula para que los estudiantes se sientan motivados. Un profesor comprometido con sus alumnos, capaz de sacar lo mejor de cada estudiante y de mantener un vínculo emocional con ellos tendrá más posibilidades de estimularlos y motivarlos.
Fortalezas y áreas de desarrollo: un profesor, desde la humildad, debe tener un alto nivel de autoconocimiento, debe saber cuáles son sus fortalezas técnicas y personales así como las áreas que debe trabajar. De la misma manera, un profesor debe identificar los puntos fuertes de sus estudiantes y potenciarlos así como sus áreas de desarrollo y ayudarles a trabajarlas. Conocer a los estudiantes desde este ángulo hace que el profesor pueda personalizar las clases lo suficiente como para que todos los estudiantes potencien sus habilidades innatas y desarrollen las que no poseen de manera natural. Para ayudar a los estudiantes a mejorar es esencial que el profesor sea capaz de evaluarlos y ayudarlos a superar las deficiencias o errores cometidos.
Escucha activa: un profesor está en contacto directo y permanente con sus estudiantes los cuales están mandando mensajes de manera continua. Estos mensajes se pueden oír, si son orales, pero también se pueden leer en la expresión de su cara, su tono de voz, su participación, sus gestos, su postura o su mirada. El profesor que hace un esfuerzo por escuchar de manera consciente a sus alumnos tendrá un conocimiento de los mismos que será de gran utilidad a la hora de reorientar el curso: fijar nuevos objetivos, elegir contenidos apropiados, planificar sus clases y crear dinámicas de trabajo. La escucha activa es el primer paso para una comunicación eficaz.
Organización: un profesor debe ser capaz de mantener un orden y esto no significa implantar una disciplina militar. El orden es importante en el propio aula: mesas, sillas, materiales, recursos pedagógicos o los elementos decorativos o informativos en las paredes. El orden también es importante en las entradas y salidas de clase. De hecho, la manera en la que se entre en clase marcará la dinámica de la lección. Un grupo de estudiantes que entren en el aula de forma ordenada es más fácil que mantengan la disciplina que otro que entre sin ningún tipo de orden. La organización no debe estar reñida con la flexibilidad, de hecho es más fácil ser flexible cuando se tiene un plan.
Disciplina: uno de los mayores problemas en el aula es la falta de disciplina. Un profesor debe mostrarse asertivo y disponer de los recursos necesarios para mantener un clima de respeto. También será esencial evitar, en la medida de lo posible, los conflictos y gestionarlos cuando no se puedan evitar. Un nivel apropiado de disciplina favorecerá el aprendizaje de los estudiantes y permitirá que disfruten de ese proceso.
Justicia y equidad: uno de los factores que más desmotivan a las personas es la falta de justicia. En el aula se pueden dar circunstancias que hagan que los estudiantes se sientan tratados de manera injusta y eso puede afectar a su aprendizaje. El profesor debe dar oportunidades a todos los estudiantes por igual y tener sistemas que no favorezcan a unos estudiantes sobre otros. Es fácil que el profesor termine trabajando con los estudiantes más extrovertidos y mayor capacidad de aprendizaje, ya que le resultará más fácil, y dejar aislados a los estudiantes más introvertidos o que requieren más tiempo en adquirir los conocimientos o realizar las tareas.
Paciencia y tolerancia: dar clase requiere tener buenas dosis de paciencia sobre todo cuando se dan clases a diferentes edades, como es el caso de St. James donde impartimos clases a infantil, primaria, secundaria, bachiller y adultos. Cada estudiante tiene habilidades, preferencias y una personalidad propia por lo que el profesor debe ser capaz de gestionar todas estas diferencias con un alto nivel de tolerancia.
Autocontrol: un profesor debe tener una buena capacidad de autocontrol ya que habrá momentos en los que se sienta cansado, frustrado, impaciente o eufórico y mostrar abiertamente sus emociones puede afectar al clima en la clase y al estado emocional de los estudiantes. Un profesor que sea capaz de ventilar sus emociones de manera eficaz será capaz de crear un mejor clima entre los estudiantes.
Práctica vs teoría: vivimos en una sociedad donde se sigue dando mucha importancia a los conocimientos y, aunque son importantes, cada vez se valoran más las habilidades y destrezas de las personas. La capacidad de resolver problemas, el pensamiento crítico, la creatividad, la gestión de las emociones, las relaciones personales, la capacidad de negociación y de innovar son algunas de las características más deseadas por las empresas hoy en día. Un buen profesor ayudará a que sus alumnos adquieran conocimiento pero, sobre todo, a que desarrollen las habilidades y competencias del siglo 21.
Planificación: un profesor que planifica sus clases con cuidado tendrá más posibilidades de favorecer el aprendizaje entre sus estudiantes. Planificar una clase permite al profesor reflexionar sobre los objetivos a corto plazo que quiere que alcancen sus estudiantes así como los conocimientos y destrezas que necesitan para alcanzarlos. También le permite prever qué recursos puede necesitar, qué dificultades puede encontrar y cómo solventarlas, cómo gestionar mejor el tiempo y, lo que es muy importante, qué dinámicas de trabajo son mejores: trabajo individual, en parejas, en grupos. El trabajo del profesor no debe empezar en el momento de entrar en el aula sino en el momento de sentarse a planificar la clase. Su trabajo tampoco termina al terminar la lección ya que es muy aconsejable reflexionar sobre la clase cuando esta finaliza y así hacer los ajustes necesarios en las próximas clases.
Democracia: el profesor es el último responsable de lo que ocurre en el aula y debe ser él el que tome las decisiones sobre la marcha de la clase. Sin embargo, dejar un pequeño espacio para que los estudiantes participen en alguna de las decisiones puede resultar motivador y puede contribuir a tener un buen clima en la clase. En general, a las personas nos gusta tener cierto poder de decisión y una clase donde todas las decisiones son tomadas por el profesor puede reducir la implicación de los estudiantes y su nivel de motivación.
En resumen, podemos decir que la preparación técnica es importante pero las cualidades y habilidades personales son esenciales y no siempre se les presta la atención que merecen.