En los cursos de inglés de St. James la evaluación es de 360º
Una de las cuestiones que nos plantean algunos padres en nuestros centros de Mairena del Aljarafe, san Juan y Pilas es la relación entre el inglés del colegio y el de St. James ya que a veces pueden recibir mensajes contradictorios. Tenemos que partir de la base de que tanto en el colegio como en nuestros programas los niños aprenden inglés pero quizá no de la misma manera y, por lo tanto, la evaluación puede ser diferente. Es importante que los padres conozcan la forma en que ambas instituciones imparten las clases de inglés para poder medir el rendimiento del niño. En la inmensa mayoría de los casos los estudiantes de St. James obtienen muy buenos resultados en el colegio y sacan muy buenas notas. De hecho, muchos profesores de los colegios de nuestro entorno reconocen el trabajo que los niños realizan en nuestros centros y son testigos del buen nivel que tienen. Sin embargo, puede haber algún caso en el que los resultados del colegio no se correspondan con los de St. James y no obtengan los resultados esperados en los exámenes del colegio mientras que en St. James el progreso es el adecuado. Cuando se da esta circunstancia es normal que los padres no entiendan esta disparidad y se puedan llegar a cuestionar el progreso que el niño ha realizado en las clases de inglés. Agradecemos enormemente que los padres nos comenten estos casos aislados porque, en la mayoría de las ocasiones, hay una explicación fácil de identificar, lo cual será el primer paso para ponerle remedio. La mayoría de estas discrepancias se deben a diferencias de criterios a la hora de evaluar al estudiante.En el colegio, normalmente, la evaluación de inglés se basa en un test escrito que exige un nivel de precisión muy alto. De hecho, la destreza del lenguaje más exigente es la escritura ya que al plasmar el lenguaje en papel esperamos una correcta puntuación, ortografía y sintaxis. Los niños en primaria todavía no tienen un nivel de precisión completa en esta competencia y es normal que cometan errores al escribir provocando cierta inexactitud. Por otro lado, la exigencia gramatical suele ser mayor en los colegios, esperando, por ejemplo, que los niños sean capaces de completar la tabla del verbo to be en sus formas afirmativa, negativa e interrogativa. La realidad es que los niños de primaria no tienen del todo desarrollada la habilidad analítica que esa tarea requiere, no es su código de aprendizaje y les resultará un trabajo complejo. Otra tarea que resulta complicada para los niños de primaria es traducir palabras aisladas o frases. Para un adulto puede resultar muy fácil, lo contrario que para los niños que no cuentan con el desarrollo cognitivo suficiente para traducir. Si la evaluación incluye esta tarea es posible que el niño no refleja su nivel lingüístico de manera realista. También se puede dar el caso de que una baja nota en el colegio se deba a su comportamiento o alguna tarea específica que no ha realizado, y no por su competencia lingüística necesariamente.
La evaluación en St. James es de 360º, es decir, evaluamos todos los aspectos lingüísticos relativos al inglés tanto de manera oral como escrita excepto en los cursos de Cookies y Brownies. Los niños en Cookies y Brownies, que equivalen en gran medida a Infantil, solo se valora la comprensión auditiva y la expresión oral ya que en esos cursos no se trabaja el lenguaje escrito de forma activa.
A partir de Kids 1 se evalúa tanto el lenguaje escrito como oral. En los dos primeros ciclos de primaria evaluamos la gramática pero desde un punto de vista pragmático, es decir, hasta qué punto son capaces de reconocer y construir frases o preguntas con diferentes estructuras gramaticales. De hecho en las clases de estos niveles no se trabaja la gramática de forma explícita. Es a partir del tercer ciclo de primaria cuando la exigencia gramatical es mayor y esperamos que los estudiantes sean capaces de diferenciar entre tiempos verbales básicos así como otros aspectos gramaticales relacionados con preposiciones, pronombres o partículas interrogativas. Por otro lado, en todos los niveles incluimos alguna prueba de vocabulario ya que es esencial comprobar que los estudiantes amplían su léxico todos los años. Por supuesto, también evaluamos la comprensión auditiva, es decir, su habilidad de comprender mensajes orales, lo cual consideramos esencial a la hora de comunicar. Para ello prestamos mucha atención a la facilidad que los niños tienen a la hora de seguir las clases en inglés a lo largo del curso. Otro indicador esencial es la expresión oral, dentro de la cual valoramos la fluidez (que no haya demasiadas pausas prolongadas), la pronunciación (que sean capaces de producir los sonidos propios del inglés), así como la entonación y, por supuesto, la capacidad de utilizar la gramática y el vocabulario en sus mensajes orales y discursos. Como veis, en St. James evaluamos la gramática pero desde el punto de vista práctico, buscamos que el estudiante sea capaz de utilizar las estructuras gramaticales a la hora de comunicar y no de manera aislada. Hago hincapié en este punto porque creo que es esencial. Por ejemplo, para evaluar el pasado simple proponemos a los estudiantes que nos cuenten qué hicieron en sus pasadas vacaciones, que escriban una redacción sobre lo que hicieron ayer o que pregunten a su compañero sobre lo que hizo el fin de semana pasado. No prestamos tanta atención a la larga lista de verbos irregulares sino al uso de esas formas verbales en un contexto determinado así como de otros recursos lingüísticos: expresiones temporales o preposiciones.
Además de estos aspectos lingüísticos también evaluamos otras áreas que consideramos muy importantes para el buen progreso de los niños como puede ser el comportamiento en clase que está muy relacionado con el respeto que los niños muestran no solo hacia su profesor sino también hacia sus compañeros. Los deberes, la asistencia a clase, la participación y el uso del inglés en clase completan las evaluaciones que llevamos a cabo dos veces al año, en febrero y junio.